sábado, 19 de diciembre de 2009



EL RAQUERO

Poema de
JOSE ENRIQUE PARAPAR


Pantalones remendados
y, de cinto, un tirachinas,
arco y flechas en las manos
y, en los bolsillos, canicas.

Cabeza rapada al cero,
coronada por cien brechas:
galardones conseguidos
en mil hurrias callejeras.

Era más listo que el hambre
y más rápido que el viento
para buscarse la vida
como un gorrión callejero.

Se amamantaba del mar,
le acunaban los pesqueros,
era un bocarte de plata
y le llamaban raquero.

Desnudo nadaba entre algas
por buscar cuatro monedas;
pero aquel niño del puerto
tan solo buscaba estrellas
con corazón de arco iris
y mil sueños de colores,
la inocencia en carne y hueso.
Su pecado fue ser pobre.

Chapas, peonzas, canicas,
juguetes hechos por su mano;
por el balcón del raquero
nunca pasaba un rey mago.
Todos los años, lo mismo:
él ponía sus zapatos
y aquellos reyes… pasaban…
siempre pasaban de largo.

Huérfano de una guerra,
era carne de deshecho,
le robaron a sus padres
sin comerlo ni beberlo.

Solo la luna sabía
que aquel niño era un misterio,
que, siendo un carbón por fuera,
era un diamante por dentro.

Yo he visto cómo la luna
le enseñaba a dar estivas,
a coger el tranvía a tralla
y a pescar en la Machina.
Y he visto cómo la luna
le estrechaba entre sus brazos
y el pobre gorrión cantaba
como si fuera un canario.

Y le llamaban raquero,
un condenado de Dios,
y le llamaban raquero
los de cuello de almidón.

Seguro estoy que, en mi tierra,
todos aquellos gorriones,
todos, ya han llegado a hombres
y tal vez sean prohombres
y dirigentes selectos,
y ninguno negará
que fueron y siguen siendo
unos de aquellos raqueros.

Y le llamaban raquero,
y a mucha honra, señor,
porque el raquero, señores,
aquel raquero… soy yo.





1 comentario:

  1. 'y le llamaban raquero
    los de cuello de almidón'

    Enternecedor poema, deseo que ese raquero, hoy la luna, no le vea coger el tranvía a tralla.

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